sábado, 26 de octubre de 2013

PERSECUCIÓN DEL GRAFFITI EN EGIPTO

Os dejo con esta noticia que me a impactado:


Persecución del graffiti en Egipto

 La llamada Primavera Árabe de 2011 en Egipto contra Hosni Mubarak tuvo como una de sus características el empleo de las pintadas y el muralismo como arma de choque y elemento de cohesión. Una explosión creativa que no deja de recordarnos en sus trazas el Mayo del 68, el Muro de Berlín, el Muralismo de la Transición, el Muralismo proDerechos Civiles de Estados Unidos, los Memoriales Neoyorquinos, las Pintadas de Palestina, etc., pero dentro de sus circunstancias y con su propio sabor autóctono.
 Ya pasado el fragor “revolucionario”, pero no la agitación social, se trata de evitar su desarrollo espontáneo o normalizado, y volver al inmaculado orden que le antecedió. Ahora las nuevas autoridades que han cogido las riendas del poder tras el derrocamiento del prepotente presidente islamista, Mohamed Mursi, amenazan con amordazar a graffiteros, artistas de calle y muralistas mediante multas y cárcel. Sin duda, la libertad de expresión, mande quien mande, es una farsa en Egipto, pero también convierte su ejercicio en un acto heroico.
 El Gobierno interino ha decretado una ley que restringe el derecho de manifestación y trabaja hoy en día en una nueva norma que declare la guerra a los graffiti que ha florecido en estos últimos tres años de agitación social. El proyecto de ley prohíbe las pintadas “difamatorias” (posiblemente se admitan los murales pro-régimen) en los muros de instituciones públicas y privadas y fija penas de hasta 4 años de cárcel y multas de 100.000 libras egipcias para los infractores, además de la confiscación del material utilizado. Castigos extremadamente severos sobre actos no violentos, si se compara con la impunidad que disfruta la brutalidad, la tortura y la violencia sangrienta de la policia y el ejército durante la represión de las protestas.
 Curiosamente, se involucrará en la persecución a comités vecinales, para conseguir erradicar de las calles las pintadas islamistas, por ejemplo. Pero se sospecha que tras la victoria sobre los islámicos, se proseguirá la tarea contra toda clase de revolucionario. El muralismo y el graffiti es subversivo en todo régimen que se asienta en el control de la información y la opinión. Sin embargo, se augura que los artistas de calle no se quedarán de brazos cruzados esperando a que les corten las manos y la lengua. Trataran de mantener sus posiciones en las calles, desafiando al relato oficial de los hechos, como portavoces de las diferentes voces del pueblo.


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